No puedo ser nostálgica, aunque me gustaría. Como mucho me resisto a hacer limpieza de armarios y deshacerme de trastos viejos, eso sí cada vez menos, incluso hago un par de limpiezas al año; cuando veo bolsas repletas, preparadas para abandonar su tedioso rincón en el armario, me siento liberada. Es un exorcismo, una digestión de productos ligeros que pesan en el ánimo. Los hay más complicados de digerir.
He tenido mi dosis de ficción nostálgica este verano. Husmeando por la sección de DVD, me encontré con Tristeza de amor¡Qué alegría! Recordaba esa serie, nunca la vi entera, de vez en cuando me topé con algún capítulo, atraída por su sintonía: la canción de Hilario Camacho. Así que me dispuse a verla de un tirón, guardándola como un tesoro para algún momento de tranquilidad, sin comentarios ocurrentes de la familia.
Intenté atraer algo de nostalgia, que me pareció lo más oportuno. Pensé…entonces (1986) tenía la edad de este personaje, uno de los más jóvenes de la serie, dejando a un lado a la sobrinita…Ahora tengo la edad que tiene este otro personaje que ve su vida en completo declive. Pues nada, no hubo manera. Pasé a una nostalgia socio-histórica…qué buenos años, qué optimismo, pero claro dado que el propio argumento de la serie versa sobre una amplia gama de personajes que viven o tratan de vivir del cuento, muy representativos del chorizaje o pelotazo del momento…pues de aquellos polvos estos lodos, me dije. Para rematar recordé las guerras, atentados, situaciones terribles que estaban por llegar y decidí dejar el intento y disfrutar de la serie, de los detalles cotidianos: la ropa, la mía con hombreras ocupó hace tiempo su bolsa digestiva, los coches, la calle…
¡Cielos! Mi cerebro hizo un clic al ver un ordenador, o algo parecido, de ese momento. Un artefacto enorme, gris, horrible, con una pantalla negra donde aparecían letras y signos blancos…No existían estos ordenadores tan de ir por casa, primos de la lavadora y el microondas, electrodomésticos imprescindibles… ¡No existía Internet! ¿Cómo podíamos vivir? Mis neuronas se dispararon…todavía tengo tiempo, con un poco de suerte, de conocer algo similar, que cambie nuestra forma de ver el mundo, qué emoción, qué nostalgia me produce el futuro.
Hace unas semanas, al parecer estaba nostálgico, alguien me dijo «No hay peor nostalgia que añorar lo que nunca ocurrió»
Así en principio me pareció irrevocable. Me asustó, porque de alguna manera soy de esos, o sea mi nostalgia de las peores.
¡Que le den viento a quien lo dijera¡
Lo mejor es tenerla, ¡Sea como sea¡
Saludos
hola, loli.
acabo de encontrar tu blog en la red y llevo un rato de ventana en ventana. he empezado con los libros, por la referencia a guelbenzu, y he ido pasando de un sitio a otro. gracias por compartir todo esto. volveré.
un abrazo,
t.
Gracias por vuestros comentarios. Laloli