Un tópico de seudobuenlector es aquello de «me encanta el olor a tinta» , «a libro nuevo», etc. al igual que los no-lectores se agarran a aquello de «¡qué caros son los libros!», yo no soy ni una cosa ni otra. En cuanto a papel, me gustan las papelerías con cartulinas, hojas de distinta textura, papeles decorados, sobres…todo muy colorido y abundante. Babeo igual que lo hago en una buena ferretería llena de cajoncitos con sabe dios qué pegado en el frente, todo de madera o en una mercería, cambiando los tornillos por hilos, gomas y encajes. Ya lo sé, otro tópico, pues sí. En el caso del papel, disfruto coleccionando libretas, libretitas, plumas, bolígrafos, etc. Son mis souvenirs en los viajes a cualquier sitio. Os dejo testimonio de una antigua alma gemela también preocupada por el papel, plumas y todo eso…San Isidoro:
Del papel
En la ciudad de Menfis, de Egipto, fue donde primeramente se usó el papel; ya dijo Lucano (4, 135): (…) «Las cartas se hacen en Menfis con papel que absorbe.» Llama al papel húmedo bibula porque absorbe el agua.
(…)
De los pergaminos
Los reyes de Pérgamo fueron los primeros que, cuando necesitaban escribir, usaron membranas, que de su origen recibieron el nombre de pergamino, que conservan hasta hoy. Se llaman membranas porque se obtienen de miembros de animales.
Primeramente se hacían de color amarillo; después aparecieron en Roma los pergaminos blancos, comprobándose que no eran convenientes, ya porque fácilmente se manchaban, ya porque dañaban la vista de los lectores, cosa que era tenida también cuenta, que los arquitectos de más nombre prohibían poner en las bibliotecas techos dorados y pavimentos que no fueran de mármol de Caristo, porque este mármol, con su color verde, apagaba el fulgor del oro y era alivio para los ojos.
Por esta razón los cambistas ponen sus denarios sobre paños verdes y los tallistas de gemas tienen ante los ojos dorsos de escarabajos, que son muy verdes, y los pintores hacen lo mismo, para que descanse la vista, con el color verde, en medio del trabajo.
Las membranas son blancas, terrosas (amarillentas) o purpúreas. La blanca es el color natural; la terrosa es de dos colores: se tiñe por una parte color de amarillo, acerca de lo cual dice Persio (Sal, 3, 10): (…) «Ya está el líber, y la membrana de doble color limpiada de pelos.»
La purpúrea es la que se tiñe de color rojo, para que destaque en ella el oro y plata de las letras.
De la manera de hacer los libros
Algunas clases de libros entre los gentiles tenían determinado tamaño. Los versos y epístolas tenían forma más pequeña; pero las historias se escribían en libros mayores, y no solamente en papel o membrana, sino en membrana hecha del redaño de los elefantes, y también con un papel formado de hojas de malvas y palmeras.
De esta clase hace mención Cinna cuando dice (11): (…) «Te he traído en calidad de regalo, en una navecilla prusiaca, estos versos muy trabajados al resplandor de lámparas arateas, por las cuales conocemos los fuegos aéreos, y están escritos en un seco papel de ligera malva.»)
La práctica de recortar los libros existió primeramente en Sicilia; pues al principio sólo se alisaban. De donde dice Catulo (1,1): (…) « ¿A quién regalo este nuevo librito de gracia alisado con la seca piedra pómez?»
De los nombres de los libros
Códex (códice) se llama el libro de un solo volumen, aunque contenga varias obras. Se llama códex por traslación, tomado de caudex, tronco de los árboles, que se compone de muchas ramas; así también el códex tiene muchos libros.
Volumen (rollo): se llama a volvendo, de revolver, y así se dice entre los hebreos el volumen de la ley y los volúmenes de los profetas.
Líber es la membrana que tienen los árboles entre la corteza y la madera; de ella dice Virgilio (EgL, 10, v. 67): (…) «El liber se seca en el alto olmo.» De aquí vino el nombre de libro, porque antes del uso del papel y membrana animal se hacían los libros de esta membrana vegetal, que se llama liber, de ahí también que a os copistas se les llamara librarios.
De los que hacían los libros y sus instrumentos
Los librarios (copistas) antes se llamaban bibliopolas, del griego biblon. Los librarios se llaman también anticuarios’, pero propiamente librarios son los que escriben tanto los libros antiguos como los nuevos, y anticuarios los que solamente copiaban los antiguos, y de ahí tomaron su nombre.
El nombre de escriba, o escribiente, viene de escribiendo, expresando su oficio el mismo vocablo.
Los instrumentos del escriba son la caña y la pluma. El primero está tomado del reino vegetal, y la pluma es de ave. Su extremidad se divide en dos, conservando la unidad de la pluma, significando que en aquella división que se hace en el extremo fino de la pluma se representan el Antiguo y el Nuevo Testamento, con los cuales se expresa el sacramento de la palabra, difundida por la sangre de la pasión.
Se llama cálamo porque pone la tinta sobre el papel. Los marinos usan este verbo calare en el significado de poner.
Penna (pluma) viene a apendendo, esto es, volando. Pues, como se dijo, son pluma de ave.
Folia (hojas) de los libros. Se llaman así o por la semejanza con las de los árboles, o porque se hacían exfollibus, de fuelles, esto es, de pieles de animales. Las caras de estas hojas se llaman páginas, porque compinguntur, van unidas.
Verso, llamado así por el vulgo porque se escribía a semejanza de como se ara la tierra: empezaban llevando el estilo de izquierda a derecha, después lo llevaban más abajo, y empezaban de nuevo el movimiento otra vez a la derecha; y a la vuelta que dan los bueyes cuando aran para empezar otro surco le llaman los rústicos verso.
Scheda (esquela): se llama así el escrito que está sometido a corrección y no está aún redactado en libros. Es vocablo griego, como también es griega la palabra tomo.
Lo he tomado prestado de la Historia de la Literatura universal, de Martín de Riquer y J.M. Valverde, de los pocos libros formato enciclopedia que han entrado en mi casa, es decir, que se lee aunque sea incómodo, no sé si han editado un formato más ligero.
http://www.clairefontaine.com/Clairefontaine-Rhodia/Les-filiales/Clairefontaine-France.html